L’Agència Espanyola de Proteció de Dades (d’ara endavant AEPD) confirma que aquests dispositius es poden instal·lar sense permís dels veïns i sense l’aprovació per part de la comunitat de propietaris, atès que no violen la intimitat, ni infringeixen el dret a privadesa de la resta persones de l’edifici, encara que registrin les entrades i sortides dels seus habitatges.

Els espiells digitals són dispositius electrònics que consten d’una petita càmera que s’instal·la al lloc de l’espiell convencional, substituint-la, i una pantalla LCD que mostra el que passa a l’altra banda de la porta. Depenent del tipus de model, poden incloure funcions que van, des de la simple visió, a funcions més avançades que fins i tot permeten que l’espiell s’activi, realitzant un registre quan algú s’acosta a la porta, enviant una notificació al teu Smartphone.

Instal·lar un espiell digital ens permet saber amb exactitud qui vol entrar a casa nostra i és, sens dubte, una bona mesura de prevenció.

La funció d’aquests dispositius no difereix de la que ofereixen els espiells tradicionals i per tant, l’AEPD considera que no infringeixen les normes de privadesa i, per regla general, no cal comptar amb el permís de la resta de veïns per a la seva instal·lació, sempre que el seu ús es realitzi conforme a la finalitat dels mateixos, quedant prohibit per als espiells el que puguin usar-se com a càmeres de videovigilància.

L’AEPD cita la jurisprudència judicial que assenyala, que els enregistraments de vídeo a zones comunes (replans, escales, garatge, etc.), no atempten contra el dret a la privadesa.

“No es pot entendre que un garatge d’una comunitat de propietaris existeix una intimitat tal que impedeixi efectuar enregistraments, tenint en compte que es tracta d’un espai comú, igual que les escales d’accés a habitatges de la comunitat, alienes a tota privadesa, entesa des del punt de vista d‟una intimitat personal constitucionalment protegible, en tractar-se d‟una zona d‟accés a persones integrants de la comunitat…” Només es consideren privades les zones on les persones desenvolupen una activitat privada. Tot i això, l’AEPD també aclareix que els espiells digitals i el seu ús “difereix d’altres casos analitzats en què per exemple, s’instal·la una càmera en una paret comunera captant àmpliament zona de replà”. La diferència és que els espiells s’instal·len en una porta i poden servir per protegir-se davant d’actes vandàlics.

La Agencia Española de Proteción de Datos (en adelante AEPD) confirma que estos dispositivos se pueden instalar sin permiso de los vecinos y sin la aprobación por parte de la comunidad de propietarios, dado que no violan la intimidad, ni infringen el derecho a privacidad del resto de personas del edificio, aunque registren las entradas y salidas de sus viviendas.

Las mirillas digitales son dispositivos electrónicos que constan de una pequeña cámara que se instala en el lugar de la mirilla convencional, sustituyéndola, y una pantalla LCD que muestra lo que ocurre al otro lado de la puerta. Dependiendo del tipo de modelo, pueden incluir funciones que van, desde la simple visión, a funciones más avanzadas que incluso permiten que la mirilla se active, realizando un registro cuando alguien se acerca a la puerta, enviando una notificación en tu Smartphone.

Instalar una mirilla digital nos permite saber con exactitud quién quiere entrar en nuestro país y es, sin duda, una buena medida de prevención.

La función de estos dispositivos no difiere de la que ofrecen las mirillas tradicionales y por tanto, la AEPD considera que no infringen las normas de privacidad y, por regla general, no es necesario contar con el permiso del resto de vecinos para la su instalación, siempre que su uso se realice conforme a la finalidad de los mismos, quedando prohibido para las mirillas lo que puedan usarse como cámaras de videovigilancia.

La AEPD cita la jurisprudencia judicial que señala, que las grabaciones de vídeo en zonas comunes (rellanos, escaleras, garaje, etc.), no atentan contra el derecho a la privacidad. “No se puede entender que un garaje de una comunidad de propietarios existe una intimidad tal que impida efectuar grabaciones, teniendo en cuenta que se trata de un espacio común, al igual que las escaleras de acceso a viviendas de la comunidad, ajenas a toda privacidad, entendida desde el punto de vista de una intimidad personal constitucionalmente protegible, al tratarse de una zona de acceso a personas integrantes de la comunidad…” Sólo se consideran privadas las zonas en las que las personas desarrollan una actividad privada. Sin embargo, la AEPD también aclara que las mirillas digitales y su uso “difiere de otros casos analizados en los que por ejemplo, se instala una cámara en una pared comunera captando ampliamente zona de rellano”. La diferencia es que las mirillas se instalan en una puerta y pueden servir para protegerse frente a actos vandálicos.

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